¿Quién engaño u oculto información al Papa Francisco?

En la carta del Papa Francisco a los obispos chilenos, sobre la situación que le llevo a enviar un delegado a conocer con mayor detalle las denuncias sobre encubrimiento de abusos, dice: “En lo que me toca, reconozco y así quiero que lo transmitan fielmente, que he incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada”. Pero por quienes se refiere el Papa Francisco, en una intervención que tuvo cuando le preguntaron sobre la situación de la Diócesis de Osorno y el reclamo de los laicos y lacas de esta diócesis, se refiero sobre este caso una manera poco cristiana; pero  que le lleva ahora a reconocer que se ha equivocado, cuando sus propias palabras en Chile fueron poco amables hacia las víctimas de abusos sexuales cometidos dentro de la Iglesia Católica.

Entonces, quiénes son los responsables de lo que el Santo Padre describe como "falta de información veraz y equilibrada". Son varias personas, sobre todo en Chile pero no solo allí. Las que desde el principio resultan más evidentes son tres, y todas ellas de grueso calibre y relevancia. 

El lema a su visita a Chile fue. "Mi paz les dejo"

La respuesta más lógica sería que fueron tres:

- Monseñor Ivo Scapolo (Fue elegido por el Papa Benedicto XVI para reemplazar a Mons. Giuseppe Pinto como Nuncio Apostólico en Chile el 15 de julio de 201, ya unos años atrás declaraba ser abiertamente contrario a una Visita del Papa porque se hubiera considerado un apoyo al gobierno de la señora Bachelet que él la definía como "una persona de izquierda, atea y abortista".

Una de las situaciones que ha generado más debate son los reclamos de la comunidad católica en la diócesis de Osorno, quienes han protestado contra su obispo, Mons. Juan Barros, desde su nombramiento el 15 de enero de 2015. El Obispo es señalado como encubridor de los abusos sexuales del padre Fernando Karadima. Existe también la duda sobre si el Pontífice se reunirá o no con las víctimas de dichos abusos, hecho que no ha sido confirmado ni negado por la Iglesia Católica (reunión que había dejado una esperanza en las victimas peruanas, pero nunca se dijo nada al respecto cuando el Papa Francisco visito Perú). 

Dentro de ese contexto, se reveló una carta confidencial enviada por el Papa Francisco a la Confederación Episcopal Chilena, dos semanas después de nombrar a Mons. Barros en el cargo, que revelaba que conocía los cuestionamientos en su contra y que el año anterior, mientras era obispo castrense, se le había ofrecido un "año sabático", donde Scapolo jugó un papel fundamental. "El Sr. Nuncio le pide a Mons. Barros la renuncia y lo exhorta a tomar un periodo sabático; un año, por ejemplo, antes de asumir otra responsabilidad pastoral como Obispo diocesano", cuenta el Papa Francisco en la misiva. "Y le comenta que el mismo proceder se tomará con los obispos de Talca y Linares, pero que no se los dijera a ellos. Mons. Barros hace llegar el texto de su renuncia, añadiendo este comentario del nuncio. Como ustedes podrán comprender, este comentario del Sr. Nuncio complicó y bloqueó todo eventual camino ulterior en el sentido de ofrecer un año sabático. Hablamos del asunto con el Card. Ouellet y sé que él habló con el Señor Nuncio", continúa la carta. 

En marzo de 2015, Scapolo viajó a Osorno a acompañar al obispo Barros en su toma de posesión, que se llevó a cabo con un fuerte resguardo policial. Poco antes, en febrero, treinta sacerdotes de Osorno le habían pedido que solicitara a Mons. Barros su renuncia. "Se lo he transmitido todo (al Papa). No se le ha escondido nada a la Santa Sede. Tenemos que aceptar la decisión y el Santo Padre ha confirmado el nombramiento. Hay que evitar que pasen cosas como ésta. Este es el nuevo obispo (Juan Barros), lo aceptamos y lo acompañamos”, diría una semana después el nuncio. Las denuncias al Vaticano llegan en octubre de 2014 generando revuelo la noticia de que el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, había enviado al Vaticano una denuncia en contra de los sacerdotes: Felipe Berríos, José Aldunate y Mariano Puga. El motivo detrás de la acción eran las declaraciones a la prensa de los tres religiosos, críticas con la línea de la Iglesia Católica. 

Los cuestionamientos principales tenían que ver con el rol del clero en la reforma educacional del gobierno de Bachelet, la negativa a debatir sobre el aborto y la postura frente al matrimonio homosexual. Tras el anuncio, se conoció que el cardenal envió los antecedentes en respuesta a una solicitud del nuncio, que pidió las declaraciones de los tres sacerdotes).

Mons. Ivo Scapolo, Nuncio Apostólico en Chile

- Cardenal Francisco Javier Errázuriz (Arzobispo de Santiago de Chile desde 1998 hasta 2008, en los últimos meses de su gestión, aparecieron antecedentes del caso Karadima que mostraron que el cardenal había recibido denuncias en 2003, 2004 y 2005. Es uno de los nueve cardenales elegidos por el Papa Francisco para formar parte del Consejo de Cardenales que busca ayudarle en el gobierno de la Iglesia y reformar la Curia Romana, que por lo que parece solo era por asuntos de gobierno o económicos y no de corregir todo la inmoralidad que hay dentro. Gran defensor del padre Fernando Karadima, al que definió como "santo", y que siempre hizo todo lo posible, incluso durante la visita del Papa, para desacreditar a las víctimas del grupo Karadima.

 

Cardenal Francisco Javier Errázuriz

- Cardenal Ricardo Ezzati (el 22 de febrero de 2014, fue creado cardenal por el Papa Francisco, es Arzobispo de Santiago de Chile desde el 15 de enero del 2011). Las victimas del padre Karadima hablaron en su contra, así como de su antecesor en el cargo episcopal metropolitano de la Arquidiócesis de Santiago, calificándolo como encubridor. A todo lo anterior, se suma las denuncias contra 3 Curas Jesuitas, que inicialmente fueron presentadas en octubre de 2014. Las mismas víctimas de Karadima, culpan a Ezzati de cobarde e hipócrita, por la Nominación como Obispo de Osorno de Monseñor Juan Barros Madrid; persona muy subordinada al autoritarismo de su predecesor. Tendrá que dar numerosas respuestas a preguntas inevitables y aclarar muchas situaciones en las cuales su rol ha sido como mínimo sospechoso).​

Cardenal Ricardo Ezzati

Al Papa, y a determinadas autoridades del Vaticano, le llegaron toneladas de información, y toneladas de información fueron solicitadas de manera específica. El mismo Pontífice mantuvo dos encuentros a puertas cerradas con el Episcopado chileno durante la visita Ad Limina, el 20 y el 23 de febrero de 2017. Fueron en total 6 horas de encuentro, evento bastante insólito e inédito desde hace muchos años. Posteriormente, el 16 de enero Francisco volvió a estar con los obispos en Santiago de Chile, en la sacristía de la Catedral, y les dirigió un discurso no demasiado exigente, evitando tocar las grandes cuestiones que en esta nación han roto hace mucho tiempo la comunión eclesial.

Ahora, según la invitación que transmite la carta del Papa Francisco, probablemente para la tercera semana de mayo habrá un cuarto encuentro del Pontífice con todos los obispos chilenos. Y este es otro hecho inédito, más aún, sorprendente: un Papa que se encuentra con todos los obispos de un Episcopado Nacional 4 veces en 15 meses.

A estas alturas muchos se preguntan, sobre caso de Chile, a qué se refiere el Papa Francisco cuando dice: “he incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada”. Se puede suponer, por el contexto de la carta y por lo que se puede leer entre líneas, que esta "información no veraz ni equilibrada" corresponde a todo el caso Karadima y sus derivaciones, incluyendo los 4 obispos que salieron de la confraternidad del sacerdote procesado y condenado, especialmente Mons. Juan Barros.

Seguramente también se refiere a la manera como fue relatado, ilustrado y tal vez documentado el Papa, de manera poco seria y sincera, el impacto de toda esta historia en el clima de preparación de su Visita y posteriormente en el desarrollo de la Visita misma, muy poco acompañada por el aparato mediático de la Iglesia chilena y del mismo Vaticano (Secretaría de comunicación y Sala de prensa), totalmente impreparados para la delicadeza casi trágica del evento, cosa que no cambio mucho en su visita al Perú, ya que la oficina de prensa Vaticana no daba respuestas concretas sobre los casos de abusos ocurridos en el Perú, que solo se limito a hechos un tanto populistas con tinte sentimentalista para mejorar la imagen del Papa Francisco (¿¿¿circo y pan???).

Obviamente estos tres prelados no son los únicos responsables. Hay otros, pero ellos tres, a diferencia de todos los demás, fueron los informantes más cercanos y constantes del Papa desde el día mismo de su elección, hace cinco años. A ellos les corresponde la mayor parte de la responsabilidad en este caso.

Y que podemos decir del caso peruano, sobre el tema del Sodalicio, el del Seminario en Moyombamba, y otros casos; ya que parece que el Papa Francisco no sabe nada o no le han contado las cosas como son (ya que alguna respuesta en concreto todavía no la hay), parece que es el mismo Modus: callar o solo hablar medias verdades; cuando podremos decir que en la Iglesia Católica se hace justicia, o que cuando eres honesto y alzas tu voz de protesta no te quieran desacreditar y hacer a un lado. Y cuantos muchos casos mas están en el escritorio del Nuncio y que duermen el Sueño de los Justos; por que sino se tiene la cámara de televisión que se resguarde, pues pocas esperanzas nos quedas (como les paso a los hijos de un anciano obispo que si no llevan a la prensa no les hacían caso en su reclamo, bueno es lo que se sabe ya que no hay certeza que hayan encontrado alguna solución).