sábado, 21 de abril de 2018

Un Caso muy similar: El Instituto del Verbo Encarnado

La Provincia de Mendoza (Argentina) es noticia por distintos casos de abuso sexual cometidos por miembros de la Iglesia Católica. Pero en el caso del padre Carlos Buela, fundador del Instituto del Verbo Encarnado, sus pecados van más allá, como cómplice de la Dictadura Militar que aquejo a este país, un sacerdote de extrema derecha, y crea un instituto religioso a su propia medida.




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Escudo del Instituto del Verbo Encarnado

En su página web, el padre Carlos Buela (www.padrebuela.org), fundador y primer Superior General del influyente Instituto del Verbo Encarnado (con sede central en la ciudad mendocina de San Rafael), consigna su apego hacia “la Pastoral Juvenil, con la convicción de que la Iglesia se ocupa de los jóvenes no por táctica sino por vocación”. En su caso, una vocación depredadora. De hecho, el Vaticano (en un comunicado difundido por el obispo de San Rafael, Eduardo María Taussig) acaba de admitir oficialmente los abusos sexuales cometidos durante décadas por él a seminaristas de su congregación.

Lo cierto es que la angurria carnal de este siervo del Señor era un secreto a voces en los pasillos del Instituto Verbo Encarnado. Y aquellas voces traspasaban sus muros. De modo que todos en San Rafael sabían sobre sus hábitos de alcoba. Recién en 2010, el propio Benedicto XVI resolvió sacarlo (en el mayor de los sigilos) de circulación. Entonces, se lo apartó de la conducción del Instituto para ser enclaustrado (por primera vez) en la abadía francesa de la Pierre-qui-Vire, situada en un bosque de Borgoña (parece algo recurrente esta acción de la Santa Sede con todos los superiores que cometen estas atrocidades: el fundador de los Legionarios de Cristo, el fundador Del Sodalicio de Vida Cristiana, entre otros). Desde allí, él siguió manejando los hilos de su ya lejano feudo. En Roma, mientras tanto, se acumulaban 25 denuncias de sus víctimas. La Santa Sede demoró casi siete años en darlas por probadas. Aún así, en todo ese tiempo, el padre Buela no fue ni siquiera rozado por la Justicia terrenal. Otra circunstancia que se repite que estos delincuentes nunca pagan sus culpas ante la ley civil, parece que tiene un halo de impunidad o de protección eclesial, tal vez para evitar el odiado escándalo.

Ya se sabe que la noticia del reconocimiento pontificio de sus actos agitó a la feligresía católica dada su infeliz coincidencia con otros dos escándalos del mismo ramo: la detención de los sacerdotes Horacio Corbacho y Nicolás Corradi (este último, muy activo a los 82 años en todos los aspectos) por sus deslices con menores sordomudos en el Instituto Próvolo, regenteado por la Iglesia Católica en Luján de Cuyo de Argentina; y la viralización de un vídeo en el que el cura Fernando Yáñez (procesado por abuso de adolescentes en el Hogar San Luis Gonzaga, de San Rafael) se auto-incrimina con las siguientes palabras: “Uno está rodeado de varones y necesita cariño”. Sin embargo, a diferencia de aquellos casos, el infierno sexual del Verbo Encarnado reactualiza además un asunto suplementario: el rol del padre Buela durante la última dictadura que sufrió el pueblo argentino y la protección orgánica del Instituto a represores en apuros.

¿Quién es P. Carlos Buela?

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Padre Carlos Miguel Buela, fundador y abusador sexual

Nacido en Parque Patricios (Argentina) en 1942, a ese individuo prematuramente calvo y gordinflón se lo recuerda en el Seminario porteño de Devoto (donde inició su formación eclesiástica) por su fanatismo futbolístico y la gran admiración que le profesaba al cura Julio Meinvielle, considerado el mentor ideológico del grupo fascista Tacuara. “Mi padre en Cristo”, supo tildarlo en un opúsculo in memoriam. Ya entonces dio la nota al enviar misivas a todos los obispos en las que exponía su visión integrista, criticando a muchos por no dar misa en latín. Tal reclamo idiomático alcanzó al mismísimo arzobispo de Buenos Aires, Antonio Caggiano, quien lo expulsó del Seminario de Devoto. En virtud de tal vicisitud, fue admitido en el Seminario de San Martín, por el ex-obispo de esa diócesis, Manuel Menéndez, un sujeto cuya posición ideológica lo situaba a la derecha recalcitrante. Luego, ya ordenado sacerdote, hizo sus primeras tareas pastorales en la parroquia Nuestra Señora del Rosario, de Villa Progreso. Fue entonces cuando monseñor Tortolo (por entonces, arzobispo de Paraná) se fijó en él. Y su siguiente escala fue el Seminario de aquella ciudad. Sería un gran salto en su carrera.

En Paraná se reencontró con su amigo Alberto Ezcurra Uriburu, el fundador y otrora líder de Tacuara, quien por esa época ya había abandonado la acción política para volcarse al sacerdocio. Juntos formaron en esa diócesis una dupla memorable, siempre bajo el ala de Tortolo. En 1984, ya concluido el ciclo militar, la estrella de Tortolo se fue apagando lentamente, tras ser reemplazado en Paraná por el obispo Estanislao Karlik. Y al padre Buela el clima de esa ciudad empezó a resultarle asfixiante. Por tal motivo, decidió emigrar a la ciudad de San Rafael con el propósito de crear su propio grupo: una congregación ultraconservadora, destinada a negar los preceptos del Concilio Vaticano II. Así nació el Instituto del Verbo Encarnado.

Las denuncias sobre el fundador
Un ex-integrante del Instituto del Verbo Encarnado, llamado Luis, logró salir de su tormento a los 18 años de haber ingresado. Hoy trata de rehacer su rehacer su vida e incluso perdonar a los que lo agredieron, pero quiso denunciar todo para que no le suceda a nadie más.

"Me ocurrió a mí, pero tengo el conocimiento de que le pasó a otros chicos", señaló Luis, quien se presentó como "víctima de abuso del Instituto Menor en el Verbo Encarnado". El joven hoy tiene 31 años, pero los abusos comenzaron cuando tenía 12. "Yo lo oculté y no se lo conté a nadie por temor a quien me agredió", señaló Luis, cuyo apellido será reservado, porque a 19 años de esta aberrante situación, todavía tiene efectos en su vida. "En 1997 me ocurrieron cuatro abusos sexuales en poco tiempo, en un mismo mes, en el 2005 se lo conté al superior, Gabriel Zapata, más adelante, el año pasado, me di cuenta de que no se había hecho nada y repetí la denuncia con el obispo de San Rafael, Eduardo Taussig. Él tomó mi denuncia (canalizada a través del derecho canónico), esta vez por escrito y decidí no hacer la civil porque estoy esperando que la Iglesia determine algo", apuntó.

El joven se mantuvo en la institución hasta 2015, cuando se dio cuenta de que nadie había hecho nada con su denuncia, y después de repetirla, esta vez por escrito, se retiró a vivir a otra provincia.
"Nos mintieron; hace poco me enteré que el fundador del Verbo Encarnado (padre Buela) tiene denuncias por abusos de sacerdotes, y nos lo ocultaron. Ahora vamos a empezar a decir la verdad por el bien de los demás, porque puede haber más casos. Yo me enteré de dos más el año pasado, personas que fueron abusadas en el mismo año que yo, pero por otras personas, no lo sé", agregó.

El joven, quien aún espera una respuesta de la institución en la que confió durante tantos años, explicó que quien abusó de él aún continúa siendo parte del Instituto del Verbo Encarnado, pero ha sido enviado a otro monasterio. "No se dedica solo a hacer penitencia, va al seminario y se sigue presentando como sacerdote cuando el código de Derecho Canónico manda su expulsión inmediata; no ha sido castigado como corresponde".

Pese al terrible daño que le causó el sacerdote que abusó de él (en ese momento el agresor era seminarista pero fue ordenado poco tiempo después), Luis quiso dejar claro que "perdona a todos", aunque desearía que fuera el sacerdote quien se disculpara con él y con su familia. "El abuso sexual que sufrí siendo un niño de 12 años fue, cuatro veces en el mismo mes, y fue tocar el cuerpo del otro", explicó Luis, a quien todavía se le hace difícil exteriorizar su tormento.

"Con respecto al padre Carlos Buela, sé a ciencia cierta que ha acosado sexualmente a un sacerdote amigo mío en Roma y está siendo investigado desde el año 2010 y que se lo condenó y el papa Francisco ratificó la condena. Sin embargo los superiores del Instituto del Verbo Encarnado han ocultado esta noticia a sus miembros", explicó Luis. Ya fue procesado, no es sacerdote (Carlos Buela), y le siguen consultando como si fuese un santo; él es un abusador y un adicto al alcohol, apuntó Luis a modo de expresión de deseo, debido a que el padre Buela puede seguir ejerciendo el ministerio pero no de forma pública. "Buela nunca dejó de visitar el Instituto; es el “mito del padre Buela”, es intocable, intachable y un santo, pero resulta que en realidad es un psicópata", señaló el joven. Luis se decidió a hablar porque supo que recientemente le ocurrió algo similar al sobrino de un compañero suyo, por lo que todos aquellos que han sido víctimas de abuso en el IVE se han empezado a reunir para que su verdad salga a la luz.

"La cabeza de la institución está corrompida, y no me extrañaría que el que me abusó a mí hubiera sido abusado", explicó y agregó que el IVE "ha caído en eso", a tal punto en que todos los que se animen a denunciar van a ser acusados y perseguidos por otros integrantes que confían ciegamente en ella. "Queremos que los que están ahí, en esa secta, se despierten y que vean que hay mucha gente buena, porque se hacen muchísimas obras buenas, se ayuda a los pobres y se van a las misiones más difíciles, pero el problema es el padre Buela y sus seguidores", finalizó el joven.

 La institución enfrenta, solo en San Rafael, más denuncias de víctimas de abusos sexuales quienes, como en el caso de Luis, se animaron a sacar a la luz los tormentos que vivieron en ese lugar.


La Creación del P. Buela (¿obra de Dios?)

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Miembros de la Congregación fundado por p. Carlos Buela (abusador)

La criatura del padre Buela empezó a funcionar poco después, dividida en tres ramas: un instituto clerical para la preparación de nuevos sacerdotes con vida apostólica y contemplativa, un instituto femenino (con idénticas pautas) y una orden secular destinada a laicos consagrado bajo voto. Junto a su crecimiento exponencial (las técnicas de reclutamiento y manipulación de su creador eran muy efectivas), el Verbo Encarnado no tardó en convertirse en un semillero de conflictos; en especial, con la jerarquía católica. También hubo un cúmulo de denuncias por conductas deshonestas y maltratos a seminaristas, abuso de poder, abuso sexual y encubrimiento.

El Superior General del Instituto del Verbo Encarnado, Padre Gustavo Nieto,   fue convocado por las máximas autoridades de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, Cardenal João Braz de Aviz y Mons. José Rodríguez Carballo, para amonestarlo por sus frecuentes desobediencias a las orientaciones de ese Dicasterio.

La Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (con la aprobación del Papa Francisco) había nombrado un Asistente Pontifico (una especie de veedor) en el Instituto del Verbo Encarnado para “superar las dificultades experimentadas en el pasado” (desobediencias a la Santa Sede, espíritu sectario, maltrato a sus seguidores y abuso de poder) en la persona de Mons. Vito Angelo Todisco, quien también estuvo presente en la reunión.

Además reprendieron al P. Nieto por visitar al P. Buela quincenalmente para recibir sus órdenes e indicaciones contra la expresas prohibiciones del Papa Francisco (que cuando era Primado de Argentina había tratado de suprimirlos pero sin éxito), indicándole que de persistir esa rebeldía no quedaría otra salida que la supresión del Instituto.


No obstante ello, al día siguiente de la reunión, un grupo de seminaristas menores (esto quiere decir jóvenes menores de edad que están el proceso formativo en el Instituto del Verbo Encarnado) fueron llevados por sus superiores a visitar al P. Buela, quien, a pesar de la prohibición de tener contacto con los miembro del Instituto, tanto masculino como femenino, los recibió y hasta posó con ellos para foto de recuerdo de la gran reverencia que le tiene al fundador a pesar de los grandes crimines que ha cometido.
Por si esto fuera poco, durante circuló un artículo del P. Carlos Pereira, IVE, Pederastia y acusaciones a sacerdotes católicos ( les dejo el enlace para que puedan leer lo obtuso de su visión o fanatismo : http://algunasfuentes.blogspot.pe/2017/01/pederastia-y-acusaciones-sacerdotes_28.html)  en el cual minimiza algunas acusaciones y cae en los simplismos típicos de los encubridores:


- La culpa es del demonio que está furioso por la buena acción de los Legionarios de Cristo y la obra del P. Karadima (se olvidó del Instituto del Verbo Encarnado).
- Aunque cita a Benedicto XVI, no menciona las causas de los abusos por parte de eclesiásticos mencionadas por ese Papa que se refería de manera en concreta al caso de Irlanda.
- Entra en una cuestión de números que no conducen a nada.

A modo de conclusiones
El "padre" Carlos Miguel Buela, que fue recluido por el Papa Francisco a un Monasterio de San Isidro de Dueñas de Palencia, España (celebre monasterio español, que en sus claustro vivió un gran santo, Rafael María Arnaiz, y que ahora tiene que alojar a un depravado) después de que se lo acusara en repetidas ocasiones de abusar sexualmente de otros sacerdotes, que inicialmente se dijo que solo había pasado con mayores de edad, y la realidad ha sido otra. Pero el "culto al hombre" ha logrado confundir a algunos miembros de la organización que prefieren creer que se "difama a un santo" antes de admitir que la cabeza de la organización está corrompida.

Según explicó una de las víctimas "es como sentir que es tu propio papá es el que te está violando". Al padre Buela se le conocieron solo víctimas mayores de 18 años, pero su influencia sobre ellos comenzó desde muy chicos ya que en el IVE funciona el denominado Seminario menor, al que van niños desde los 12 años, confiados por sus padres o tentados por la posibilidad de algún día ser sacerdotes. En donde eran sometidos a un sistemático adoctrinamiento, lo mismo que sucedió con el Soadalicio de Vida Cristiana; esfuerzo físico, castigos y manipulación, les dejo un enlace en donde el director de una agencia de noticias católicas vinculada al Sodalicio se refiere con mucha elocuencia y defiende al instituto del Verbo Encarnado usando los mismos argumentos de congregación:  


"Las víctimas del Padre Buela son mayores de 18 años, entonces uno se pregunta ¿Por qué no le dan una puñete y se defienden? Pero no es tan fácil, él ejerce una especie de manipulación espiritual muy fuerte en estos grupos cerrados", explicó otro sacerdote que se puso al frente de los reclamos de una veintena de víctimas, caso muy similar a lo hacía Luis Fernando Figari en el Sodalicio.

El sacerdote señaló que el fundador de la congregación está recluido y, por lo tanto, no puede ejercer el ministerio público, pero continúa siendo el Tótem, y "el que fue perseguido por haber sido fiel al catolicismo tradicional".

Surgen otras interrogantes: pueden las congregaciones religiosas fundadas por un acosador y violador sexual seguir dentro de la Iglesia Católica, ya que en casi todos los casos ellos mismo fueron los encubridores (como fue el caso de los Legionarios de Cristo y el Sodalicio); basta solamente con mandar a retiro espiritual a los culpables y creer que no van a atener ninguna influencia posterior en los miembros en las comunidades religiosas que ellos han fundado, o seria mejor entregarlos a la justicia para que paguen sus culpas; sera justo que las congregaciones se reúnan con las victimas y según ellos ofrecerles su apoyo, cuando se sabe que solo es bajos sus criterios y una visión de justicia; podemos creer en la Santa Sede o el Papa en su deseo de ayudar a las victimas cuando niegan las acusaciones, piden pruebas de los hechos (que las hay) y luego dicen que no tenían la infracción. Tal vez eso es un misterio de fe que tenemos que creer los católicos??????   

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