domingo, 19 de mayo de 2019

Los cinco casos denunciados en la Diócesis de Dallas (EE.UU)

La declaración que utilizó la policía de Dallas (EE.UU) para obtener una orden de cateo el miércoles pasado de las oficinas de la Diócesis Católica de Dallas contenía acusaciones contra cinco sacerdotes e insinuaba que la iglesia entorpeció los intentos de la policía por obtener más información.

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El documento, firmado por el detective David Clark, quien continúa trabajando en las acusaciones de abuso sexual dentro de la diócesis, quiso incautar los archivos de la Diócesis porque ésta no había entregado todos los registros que tenía sobre las acusaciones contra los sacerdotes.

Los cinco sacerdotes figuran en la lista de 31 clérigos acusados con argumentos creíbles que la Iglesia dio a conocer en enero. Esa lista solo incluía acusaciones contra sacerdotes que la diócesis había considerado creíbles después de ser revisadas por ex funcionarios de policía y de la Junta Diocesana de Revisión.

Pero los documentos entregados a la policía no estaban completos, escribió el detective Clark. Los sacerdotes acusados no pudieron ser localizados para emitir sus comentarios y ninguno ha sido arrestado. Uno de ellos alegó anteriormente que no debió haber sido incluido en la lista. Este es un resumen de las acusaciones de acuerdo a la declaración.

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Padre Edmundo Paredes

Padre Edmundo Paredes
La policía de Dallas empezó a investigar una acusación de abuso sexual contra el padre Edmundo Paredes, de 70 años, después de que la diócesis informó a las autoridades que una víctima lo había denunciado en agosto. En enero se giró una orden de arresto contra el padre Paredes, pero los detalles de las acusaciones hechas por un ex monaguillo no se hicieron públicas hasta el miércoles en el declaración.

Otros tres habían acusado anteriormente al padre Paredes de abuso sexual y el sacerdote fue incluido en la lista de los 31 abusadores; pero la policía había indicado que los acusadores no habían querido fincar cargos. Se cree que Paredes huyó, posiblemente a su natal Filipinas.

El cuarto denunciante dijo a la diócesis que el padre Paredes abusó sexualmente de él en los 90, cuando la presunta víctima era monaguillo en la Parroquia de Santa Cecilia, según la declaración.El muchacho asistía además a la escuela de la iglesia. La declaración detalla que el padre Paredes lo seducía llevándolo a él y a otros monaguillos a comer entre misas y les compraba cosas después de conocerse en 1991. En 1994, cuando la víctima todavía era menor de edad, empezaron las agresiones sexuales. Según la víctima, el padre Paredes le tocaba sus genitales y ponía su boca en sus genitales.

La policía entrevistó a varios feligreses, personal de oficina y sacerdotes, todos los cuales confirmaron que el padre Paredes llevaba a varios menores a la rectoría por las noches y los fines de semana. La declaración dice también que en 2006 varios empleados de oficina se reunieron con la rectora Mary Edlund, ahora retirada, para expresarle su inquietud por que el padre Paredes llevara a los menores a las oficinas de la iglesia y a su residencia.

Según la declaración, Mary Edlund dijo al detective Clark que el expediente del padre Paredes debía contener información sobre las reuniones realizadas en 2006. El expediente no contenía información sobre la reunión realizada en 2006 entre feligreses y Edlund, escribió Clark en la declaración.

En cambio, Clark escribió que sólo había encontrado notas al parecer escritas por Edlund que decían: “Protesta adulto, enviar a CPS…. sin respuesta…. carta mejor que entrada en línea”. En la declaración, el detective Clark dice que Servicios de Protección a la Niñez (CPS) no tenía conocimiento de haber visto las cartas que la diócesis dice haber enviado respecto a las acusaciones de abuso.

Padre Richard Thomas Brown
Barbara Landregan, directora de Entorno Seguro para la Diócesis, un programa para reducir la incidencia del abuso sexual en la iglesia, dijo que en octubre de 2018 se recibió por correo electrónico un mensaje de una mujer alegando que Richard Thomas Brown, de 77 años, había agredido sexualmente a su sobrina en los 80.

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Padre Richard Thomas Brown

Cuando el detective contactó a la víctima, esta dijo que había conocido al padre Brown en la Iglesia católica de la Sagrada Familia de Nazareth en Irving. El padre Brown la visitaba en sus clases de catecismo y la llevaba a las oficinas de la Iglesia y a su casa. La víctima dijo que el padre Brown la penetraba con sus dedos y la hacía tocar su pene, según los documentos. La víctima precisa que el abuso tuvo lugar a lo largo de meses cuando asistía a la Iglesia con su tía.

En 2004 levantó un reporte, pero cuando el detective Clark examinó el expediente personal del padre Brown, con extensión de 541 páginas, las acusaciones no aparecían, escribió. Tuvieron que pasar tres semanas para que la diócesis le entregara 51 páginas adicionales del archivo, pero solo unas cuantas contenían información sobre la acusación hecha en 2004. Algunas, indica, contenían correspondencia con la tía de la víctima y una remisión a CPS en 2018.

La mayor parte de la documentación relativa a la acusación de 2004 no aparecía. El expediente personal del padre Brown entregado por la diócesis antes del cateo contenía reportes en los que el sacerdote admitía haber tocado a dos menores de edad en Washington, D.C. e Irving. Pero las acusaciones implicaban mucho más que eso, como lo constató el detective en su subsecuente investigación.

La víctima en D.C. dijo a la diócesis que el padre Brown le insertó un dedo en su ano. Por su parte, la víctima de Irving dijo que el padre Brown le levantó la blusa y puso su boca en sus pechos. El sacerdote eventualmente fue transferido a otra parroquia. El detective Clark dice que en el expediente se identificaba a la víctima de D.C., pero no a la de Irving, por lo que pidió a los abogados de la diócesis ayuda para identificarla. “Los abogados me aseguraron que toda la información relevante se encontraba en el expediente”, escribió Clark, y que no había nada más en la diócesis que sirviera para identificar a la víctima. Pero Clark creía que la diócesis podía tener más información.

El 19 de febrero de este año el detective pidió a Robert Rogers, abogado de la diócesis, los documentos concernientes a las transferencias del padre Brown, pero el abogado dijo que la petición era demasiado amplia, innecesaria e inapropiada, de acuerdo a la declaración. El detective Clark encontró al padre Brown en Pecos, N.M., donde el padre Brown identificó a víctimas no mencionadas en su expediente. El padre Brown admitió haber abusado sexualmente de hasta 50 niños en el tiempo que pasó en la diócesis.
Cabe destacar que el padre Brown no ha sido investigado ni procesado por alguno de sus actos de abuso sexual contra niños, escribió Clark.
Padre Alejandro Buitrago
La policía de Dallas empezó a investigar al padre Alejandro Buitrago, de 77 años, luego de que los abogados de la diócesis lo señalaron como uno de los sacerdotes contra los que pesaban acusaciones creíbles el 16 de enero. La diócesis entregó el expediente del padre Buitrago el 3 de febrero.

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Padre Alejandro Buitrago

Después, el 20 de febrero, una mujer dijo a la policía de Dallas que el padre Buitrago había abusado de ella cuando tenía entre cinco y siete años de edad. La agresión ocurrió cuando ella y su familia asistían a la Parroquia San Marcos Evangelista en Plano, donde el padre Buitrago oficiaba de párroco. Removido del sacerdocio en 2018, el padre Buitrago objetó que hubiera sido incluido en la lista de los sacerdotes acusados este año.

La mujer dijo a la policía que el padre Buitrago visitaba a su familia, donde él siempre la besaba en la boca. “La Víctima 3 declara que recuerda que el padre Buitrago la movía de atrás a adelante sobre sus piernas y que podía sentir su pene erecto contra su vagina a través de su ropa”, escribió Clark. La mujer dice que en ese tiempo no reveló a nadie lo sucedido y que la familia se mudó a otra parte poco tiempo después.

Asimismo dijo que en 2015 se puso en contacto con Mary Edlund, la ex rectora, pero que nunca tuvo respuesta y que no supo si se tomó alguna acción, establece la declaración. La policía de Plano notificó a la de Dallas que no tenía registro del padre Buitrago o de la Víctima 3 en sus archivos.
Padre William Joseph Hughes, Jr.El 24 de enero la diócesis de Dallas entregó al detective Clark lo que dijo era el expediente completo de otro sacerdote acusado, William Joseph Hughes, Jr. Pero Clark escribió en la declaración que los registros de la diócesis sobre el padre Hughes, de 63 años, no estaban completos. Clark escribió que su investigación reveló que el padre Hughes fue acusado de haber tenido una relación sexual con un menor durante más de un año.

Esa acusación no aparecía por ningún lado en el expediente, ni mencionaba a posibles víctimas o castigos. Abogados de la diócesis dijeron a la policía de Dallas que en una demanda de 1994 se acusaba al padre Hughes de haber tenido contacto sexual con la víctima en un periodo de seis meses.

La demanda fue resuelta en 1998 y el padre Hughes admitió el abuso sexual, se lee en la declaración. Los abogados de la diócesis nunca hicieron el intento de revelar el nombre de la víctima del padre Hughes, dice la declaración. Un abogado de la diócesis, Mike Moran, le dijo al detective Clark que estaría pendiente, pero que pensaba que me había dado el expediente completo del padre Hughes. El abogado Moran, según en la declaración, le dijo a Clark tengo entendido que lo tiene todo.

La diócesis había tenido en su poder cartas de amor escritas entre la víctima y el padre Hughes, de las que de acuerdo a Clark el sitio bishopaccountability.com había dado cuenta; pero un sacerdote las destruyó. Solicité una entrevista con ese sacerdote pero no me ha sido concedida, escribió Clark.
Padre Jeremy Myers
El 30 de octubre el detective recibió una acusación contra otro sacerdote, Jeremy Myers, de 62 años, por correo electrónico de la diócesis de Dallas. Clark viajó a Arkansas para entrevistar a la víctima en su domicilio. La víctima dijo que había conocido al padre Myers cuando estaba en la Escuela Católica Subiaco en Arkansas, donde el padre Myers era el decano de su dormitorio durante su primer año de estudios. La víctima dijo que al parecer le gustaba al padre Myers y que lo defendía cada vez que se metía en problemas. Dijo también que recibía privilegios que otros niños no recibían. 

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Padre Jeremy Myers

El padre Myers permitía a la víctima quedarse en su cuarto a pasar el rato, y que el padre Myers le bajó el pantalón y frotó sus glúteos. Cuando la víctima fue expulsada de la escuela en su segundo año, volvió a su casa y sus padres contactaron al sacerdote. Posteriormente la víctima visitó al padre Myers en Dallas, donde el sacerdote estaba trabajando en ese tiempo.

El padre Myers inscribió a la víctima en una escuela y rentó un duplex para él. La víctima dijo que pasaba la noche en la casa clerical donde el padre Myers trabajaba, y que éste le ponía la boca sobre su pene. Un testigo de su relación la reportó al director de la escuela católica. Cuando el director reclamó al padre Myers, dijo que la víctima mentía sobre cualquier contacto sexual, el caso no fue investigado.

El detective le dijo al director que prácticamente le había pedido al padre Myers investigar su propia denuncia de abuso sexual. El director no le supo responder, indican los documentos. El expediente del padre Myers entregado por la diócesis mostraba correspondencia con otra víctima que había hecho una denuncia ante la diócesis de Dallas, pero no decía nada de la víctima que el padre Myers había conocido en Arkansas con la que habría tenido una relación.

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