Al inicio de la semana la fiscalía de Chile ha dado a conocer que 158 personas vinculadas con la Iglesia Católica con motivo de los 144 casos de abusos sexuales o temas relacionados, tal y como lo han informado algunos medios de comunicación de este país.
Informe sobre los abusos sexuales en Chile
Hasta el momento se han identificado a 266 víctimas, de las cuales 178 eran menores cuando sufrieron los abusos, 31 eran adultos y del resto no se han precisado esos datos, indicó Torres. Cargos ocupados por los investigados De las personas investigadas, 74 estarían clasificados por la Fiscalía como obispos, sacerdotes o diáconos diocesanos que no pertenecen a ninguna congregación, mientras que otros 65 obispos, sacerdotes o diáconos sí pertenecerían a ellas.
También hay 10 personas laicas a cargo de pastorales parroquiales o pertenecientes a colegios; y otros 9 quienes no se especificó su función. La Fiscalía también determinó que "la gran mayoría de los hechos denunciados corresponden a delitos sexuales cometidos por sacerdotes párrocos o personas vinculadas a establecimientos educacionales".
Agregaron que también forman parte de estos datos cinco casos de "encubrimiento u obstrucción a la investigación contra superiores de congregaciones u obispos a cargo de una determinada diócesis".
En cuanto al estado de las investigaciones, 34 se encuentran en diligencias pendientes y el resto ya concluyeron por distintas formas de término. Entre esas formas, destacaron 23 sentencias condenatorias, 1 absolución, 4 casos por suspensión condicional del procedimiento, 7 por sobreseimiento definitivo y 43 archivados de forma provisional o por no perseverar, al no existir antecedentes suficientes.
El Ministerio Público señaló que "todas las regiones reportaron al menos un caso, concentrándose la mayor cantidad en las regiones con mayor población (Metropolitana, Biobío y Valparaíso)". Esta información publicada este lunes por la Fiscalía del país procede de reportes de denuncias de las Fiscalías regionales, organizaciones sin fines de lucro e información entregada a través de comunicados de prensa de las distintas diócesis del país.
Además de los casos considerados desde la entrada en vigor en 2000 de la reforma procesal penal, hay otros más antiguos, algunos desde el año 1960, que no se han resuelto, añadieron desde la Fiscalía. Los casos de abusos sexuales han conmocionado desde hace años a la Iglesia católica chilena y el pasado junio el papa Francisco aceptó las renuncias de cinco obispos, después de que 34 miembros de la Conferencia Episcopal de Chile le ofrecieron sus cargos tras ser citados a El Vaticano por el pontífice.
Toda esta información se dio a conocer casi al mismo tiempo que el ex-obispo de Rancuagua, Mons. Alejandro Goic, dirigió una carta al Arzobispo de Santiago, el Cardenal Ricardo Ezzati; recordemos que en días anteriores la fiscalía había allanado esta diócesis debido a los temas de abusos sexuales que se habían dado ha conocer.
El allanamiento del obispado de Rancagua, hasta hace unos días presidido por Mons. Alejandro Goic (quien fue retirado de su cargo por el Papa Francisco) , ha dejado en evidencia un revelador testimonio que puede dar luces para encontrar las causas de la profunda crisis que afecta a la Iglesia chilena.
Mons. Goic y el Cardenal Ricardo Ezzati
En sus partes más relevantes, la carta del obispo Goic dice: "Quiero en espíritu de fraternidad y amistad, expresarte algunas preocupaciones. Lo que tú dices y lo que tú haces repercute en toda la Iglesia en Chile (...) quiero compartir dos temas de preocupaciones: 1. El ejercicio de la autoridad, 2. El tema de los abusos en la Iglesia".
Y agrega el obispo: "A veces tengo la impresión, quizás muy subjetiva, que no compartes los criterios de la Comisión Nacional en estos delicados temas. A su vez, miembros de la Comisión manifiestan su disconformidad frente a algunas situaciones que te ha tocado asumir. A mí, no me ha sido fácil. Mantener la comunión contigo y respetar y escuchar los juicios críticos de los integrantes requiere un equilibrio complejo. Quizás, es responsabilidad mía, ha faltado provocar un diálogo fraterno, en que, por el amor al Señor y a la Iglesia, conversemos sinceramente y aunemos criterios en materias que han marcado dolorosamente nuestra Iglesia".
Mons. Alejandro Goic, ex obispo de Rancagua
A continuación, menciona tres criterios que se deben considerar. El primero es la "Atención pastoral a las personas que han sido víctimas y sus familias", que están "profundamente heridas" por los "abusos y las injusticias, han sido dañadas y traumatizadas (...) Como Iglesia necesitamos desarrollar una mayor actitud empática hacia estas personas, más allá de sus rabias, de sus injustas descalificaciones".
Y haciendo eco a las palabras del P. Felipe Berríos SJ, manifestada en una entrevista difundida por los medios, comenta: "Es cierto que éstos no son criterios de verdad, pero son indicadores de un malestar que está presente. Aquí, está en juego, me parece, la credibilidad de nuestra misión".
En otro punto de la carta Mons. Goic se refiere a los sacerdotes. Respecto a los "sacerdotes culpables", señala que están con "frecuencia perdidos, confundidos, avergonzados. Otros lo negarán todo. Necesitan ayuda especialmente de expertos para entender, acompañar y evaluar la situación. El tratamiento mediático requiere una unificación de criterios para enfrentar estos dolorosos episodios".
Cardenal Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago de Chile
Al final, el obispo Goic le expresa al cardenal una auténtica corrección fraterna, donde le dice: "La impresión que he oído de colaboradores tuyos en Santiago, también en la CECH (Conferencia Episcopal de Chile), es que no escuchas con la disposición del corazón de tratar de entender la proposición de los otros, que te reservas, a veces, asuntos delicados sin compartirlos colegialmente. Algo de eso he experimentado personalmente".
El informe sobre las víctimas de abusos sexuales cometidos al alero de la Iglesia Católica de Chile y esta carta emitida por Mons. Alejandro Goic reflejan la precaria manera de como las autoridades eclesiales han manejado estos delitos y tal vez esta manera tan débil de actuar hubiese prevenido muchos abusos que se se cometieron hasta el día de hoy. Víctimas que no solo han tenido que afrontar lo dolorosa situación de un abuso sexual sino que también el maltrato de la autoridades les hicieron padecer, en algunos de los casos por años; con pedir perdón o según ellos en sentir vergüenza por los hechos cometidos, pero que se ha hecho en concreto, lamentablemente nada solo encubrir a los sacerdotes.
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