lunes, 5 de noviembre de 2018

Una víctima acusa al cardenal Dolan de encubrir al sacerdote que abusó de él

El cardenal de Nueva York, Timothy Dolan, encubrió a un sacerdote que, en los años 70 y 80, abusó de un menor en la misma casa parroquial de San Luis donde el hoy purpurado residía, según denuncia la propia víctima, Chris O'Leary. O´Leary, superviviente reconocido, apenas era un niño cuando comenzó a sufrir abusos por parte parte del padre LeRoy Valentine, abusos que duraron varios años. Chris desvela que el cardenal Dolan ocultó deliberadamente a las autoridades eclesiales la denuncia que él formuló contra un cura con el que el cardenal Dolan vivió en la Iglesia de la Inmaculada en Richmond Heights, Misuri, un barrio de San Luis. 

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El cardenal de Nueva York, Timothy Dolan, encubrió a un sacerdote

La pesadilla de Chris empezó a finales de la década de los 70, cuando fue abusado por el padre LeRoy Valetine. Las cicatrices físicas y emocionales sufridas durante años hicieron que no fuera hasta 2002 cuando se atrevió a contar su drama. El padre LeRoy Valentine fue apartado del sacerdocio en 2013 tras confirmarse otros abusos en la diócesis. En marzo de aquel año, justo cuando salía a la luz el escándalo de Spotlight, otras tres víctimas del padre LeRoy Valentine, que ya habían llegado a un acuerdo judicial con la archidiócesis de San Luis, se enteraron de que el cura abusador seguía en el ministerio activo, en una escuela de primaria. En contra de las promesas del entonces arzobispo (luego cardenal) Justin Rigali. Se desató el escándalo, y la archidiócesis invitó a otras posibles víctimas de Valentine a presentarse. Chris aceptó la invitación. "Había pasado mucho tiempo con el padre Valentine, a solas y ayudándole en sus misas, y pensaba: Si alguien le conoció, fui yo", dice Chris. 

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Chris O'Leary cuando era niño y ocurrio las violaciones

Chris denunció los abusos del padre LeRoy Valentine a una fiscal de su distrito, a una periodista de la televisión local y al entonces obispo auxiliar y vicario de curas en la archidiócesis de San Luis, Timothy Dolan. Solo Dolan se puso en contacto con él, pero el hoy cardenal de Nueva York le contó que no había pasado nada. Que sus recuerdos no significaron nada. Así es como Chris recuerda las palabras exactas del cardenal Dolan: "Conozco bien al padre Valentine. Estuvimos juntos en el seminario. Vivimos y trabajamos juntos en la Immacolata. Sé que LeRoy Valentine no hizo nada de lo que se le acusa. Sé que nunca haría nada para hacerle daño a un niño. Aún así, si todavía quieres hablar con alguien, podría organizar algo"

En otras palabras, el cardenal Dolan no creyó a Chris, sino a su abusador, el padre LeRoy Valentine. Un hombre con el que Dolan vivió en la parroquia de la Immacolata, en la habitación contigua a la que Valentine traía a sus víctimas. Chris afirma que otra víctima le contó después que Dolan sabía, y veía a Valentine traer a niños a su habitación. 

Chris acusa al cardenal Dolan de haberle hecho "ver lo blanco negro" al no creerle, y dice que esta tortura psicológica le hirió profundamente. El daño provino del hombre que protagoniza el más pronto recuerdo de Chris de un cura, cuando el cardenal Dolan mandó a su clase representar el episodio de la curación de Jesucristo del hombre ciego en Marcos 8, y encomendó a Chris el papel de Cristo. Aún así, Chris aceptó la oferta del cardenal Dolan de ponerle en contacto con alguien que le podría ayudar. Chris se encontró pocas semanas después con una mujer que cree recordar fue Nancy Brown, la entonces directora adjunta de la Oficina de la Protección del Menor en la archidiócesis de San Luis. Brown, como el cardenal Dolan, le dijo que no pasó nada con Valentine. Le manifestó que estaba "malinterpretando" las acciones e intenciones de su depredador. De igual forma que con el obispo, Chris creyó en la palabra de la psicóloga y, durante los siguientes nueve años, continuó con su vida. 

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Foto que Chris denuncia que la archidiócesis de San Luis ha intentado quitar de Internet 

"El cardenal Dolan borró toda prueba de nuestras conversaciones del expediente del padre Valentine"
El cardenal Dolan dejó la archidiócesis de San Luis rumbo a Milwaukee en agosto de 2002, y el cardenal Rigali partió rumbo a Filadelfia en julio de 2003. Pero aunque estos protectores del padre LeRoy Valentine siguieron adelante, Chris no pudo hacerlo, y empezó a sufrir ataques de pánico, cada vez más frecuentes e intensos conforme iban pasando los años. Chris perdió su trabajo, vio cómo se desintegró su matrimonio y se distanció de su familia. Entre tanto, nunca supo nada de la archidiócesis, ahora encabezada por el entonces arzobispo (y ahora cardenal) Raymond Burke.

El 9 de mayo de 2011, Chris no pudo aguantar más el dolor, y regresó a la archidiócesis de San Luis. El diácono Philip Hengen (entonces director de la Oficina de la Protección del Menor) se puso a la defensiva desde el principio. El religioso trajo consigo dos abogados a su primera reunión con Chris, en contra de la política archidiocesana sobre reuniones con víctimas de abusos sexuales.

La Iglesia no había cambiado su actitud ante el abusador LeRoy Valentine desde que Chris se reuniera con el cardenal Dolan nueve años atrás. Sus representantes repitieron que los abusos de Chris nunca se produjeron. Pero Chris descubrió algo más perturbador en su reunión con Hengen y los abogados en 2011: que la archidiócesis no tenía constancia de sus conversaciones con el cardenal Dolan en 2002. Una laguna que hizo pensar a Chris que el cardenal Dolan había encubierto deliberadamente al padre LeRoy Valentine. "El cardenal Dolan borró toda prueba de nuestras conversaciones del expediente del padre Valentine", denuncia Chris. Un hecho que, según la víctima, fue corroborado por el sucesor de Dolan como vicario de curas en San Luis, el ahora obispo Rick Stika, en un tuit de agosto de 2018.

El obispo Rick Stika confirmó que el cardenal Dolan seguía a cargo de la protección del menor en la archidiócesis cuando Chris hizo su primera denuncia, y que no había partido aún para Milwaukee. Monseñor Stika le dijo a Chris que no había encontrado ningún rastro de sus acusaciones en el expediente del padre LeRoy Valentine.

"El cardenal Dolan no es ningún pastor. Es un lobo"
La archidiócesis de San Luis no sólo insistió en no tener constancia de la denuncia de 2002 de Chris. Hengen también achacó a problemas paternales la ansiedad que Chris padecía ya en 2011. Las negaciones de los abusos que había sufrido le sumieron en una espiral descendente que solo se intensificó cuando Hengen prometió en julio de 2011, a insistencia de Chris, hablar con su psicólogo. Nunca lo hizo.

El 10 de mayo de 2013 la archidiócesis de San Luis anunció que el padre LeRoy Valentine sería apartado del ministerio debido a otra denuncia recibida contra él en 2012. Dicha denuncia, a diferencia de la de Chris, había sido considerada sustanciada. Pero ni siquiera entonces la Iglesia se puso en contacto con él para interesarse por su caso. Se limitó a repetir sus ofertas poco precisas de colaborar en un plan de tratamiento que Chris tendría que costear. 

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Chris se sintió frustrado con la que dice fue la estrategia de la archidiócesis "de hacer simplemente que desapareciera", e intentó ir al superior de Hengen, monseñor Richard Hanneke, entonces vicario de curas. Hanneke acabó mandando de vuelta a Hengen. Chris lo había perdido todo y se había visto obligado a volver a vivir en casa de sus padres, pero lo peor estaba todavía por llegar. En octubre de 2015 demandó a la archidiócesis de San Luis y dos meses después descubrió que tenía en el brazo un melanoma maligno. Aunque parece que ya se ha recuperado de ese cáncer, Chris dice que el estrés de luchar contra la Iglesia le ha supuesto otro problema serio de salud: la diabetes tipo II.

Chris se vio forzado a llegar a un acuerdo judicial con la archidiócesis de San Luis en septiembre de 2017. Fue debido a un problema con los plazos de prescripción que Chris dice surgió de los esfuerzos de la archidiócesis de manipularle psicológicamente y de darle largas. Chris sigue luchando, no obstante, en la que él llama la "guerra" en la Iglesia entre los convencidos de que el escándalo (de abusos) es real y sigue siendo un problema" y los "escépticos, negadores y apañadores que cree que todo son calumnias". Su sitio web es la trinchera desde la que libra su lucha.

En febrero de este año, Chris recibió un email de la directora de la Oficina de la Protección del Menor de la archidiócesis de San Luis que admitía que sus acusaciones de abusos contra el padre LeRoy Valentine "fueron reconocidas por el diácono Philip Hengen, la archidiócesis de San Luis y los tribunales". Solo unas semanas después, no obstante, un portavoz de la archidiócesis insistió en que "el historial de las acusaciones del señor O'Leary que tiene la archidiócesis es sensiblemente distinto" al que mantiene Chris. Y que "la información que compartió O'Leary cambió múltiples veces", negándole así a esta víctima de abusos el cierre de heridas que tanto busca.

Chris busca también contarle a todo el que quiera escuchar el papel que jugó el ahora cardenal Dolan en los abusos sexuales, emocionales y psicológicos que sufrió a manos de la Iglesia. Esta es una parte de su relato que dice que nunca ha sido reconocida. El cardenal Dolan "es un lobo", dice Chris. "Esto hace sea aún más asqueroso que... se esté presentado como un pastor". "El cardenal Dolan no es parte de la solución. Es parte del problema".

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