Arzobispo de los Ángeles, Monseñor José Horacio Gómez
"Esto es un patrón total", ha denunciado el defensor de las víctimas Patrick Wall a la radio pública estadounidense NPR. Y Wall sabe de lo que habla: antes de convertirse en abogado, fue un joven cura "apañador" para la Iglesia en Minnesota, quien se hizo cargo durante su carrera de seis parroquias diferentes cuyos curas fueron apartados por abusos. "La comunidad latina nunca ha podido comprenderlo", continúa Wall. "Nunca se le informó", denuncia, de la magnitud de estas reasignaciones.
La archidiócesis de Los Ángeles afirma que puso fin a este programa de traslados de curas pederastas hace ya quince años, cuando compensó a más de 500 víctimas de toda la diócesis con 660 millones de dólares estadounidenses y empezó a implementar políticas de "tolerancia cero". Víctimas y sus letrados, no obstante, ahora buscan que la fiscalía californiana investigue los encubrimientos de la jerarquía de la archidiócesis, al estilo del gran jurado que en agosto reveló la magnitud de la negligencia de la Iglesia en Pensilvania. Una de estas víctimas es Manuel Barragan, quien fue abusado hace treinta años por un cura que tiempo después fue reasignado a un ministerio con hispanoparlantes en la Oficina de Familia y Vida de la archidiócesis.
La archidiócesis de Los Ángeles afirma que puso fin a este programa de traslados de curas pederastas hace ya quince años, cuando compensó a más de 500 víctimas de toda la diócesis con 660 millones de dólares estadounidenses y empezó a implementar políticas de "tolerancia cero". Víctimas y sus letrados, no obstante, ahora buscan que la fiscalía californiana investigue los encubrimientos de la jerarquía de la archidiócesis, al estilo del gran jurado que en agosto reveló la magnitud de la negligencia de la Iglesia en Pensilvania. Una de estas víctimas es Manuel Barragan, quien fue abusado hace treinta años por un cura que tiempo después fue reasignado a un ministerio con hispanoparlantes en la Oficina de Familia y Vida de la archidiócesis.
Unas 200 víctimas han presentado dos demandas contra el arzobispado de Los Ángeles
Barragan pide "rendición de cuentas" por parte de la jerarquía, pero alerta:"¿Cómo se puede pasar página a esto si nadie está tomando responsabilidades?". Y es que tan triste como el relato de Barragan es el hecho de que la Iglesia de Los Ángeles ha perdido mucha credibilidad por este escándalo entre los diez millones de católicos hispanos con los que cuenta, los cuales componen más de tres cuartas partes de los fieles de la archidiócesis. Es lo que denuncia la profesora de teología de la Universidad Loyola Marymount, Cecilia González-Andrieu, quien advierte de que los latinos necesitan una Iglesia creíble que defienda sus derechos en materia de sanidad, migración o bienestar social. "La Iglesia latina ya estaba en una encrucijada y necesitaba que la Iglesia católica tuviera la autoridad moral como para seguir luchando por nuestros derechos humanos", lamenta la teóloga. "Al surgir este escándalo, su voz ya se ha desparecido".
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