Homilía del Papa Francisco: mensaje o excusa???
“A esta se le ha perdonado mucho porque ha mostrado mucho amor”, repitió el Papa Francisco. “Jesús mira los pequeños gestos de amor, los pequeños gestos de buena voluntad y los pone delante del todo. Esta es la misericordia de Jesús: siempre perdona, siempre recibe”. Ante el perdón del Señor a la mujer pecadora, los doctores de la Ley se escandalizan: “tienen una actitud que sólo muestran los hipócritas: el escándalo”.
En este sentido, el Santo Padre rechazó las hipocresías actuales que llevan a decir: “¡Mira, qué escándalo! ¡No se puede vivir así! Hemos perdido los valores. Ahora cualquiera tiene derecho a entrar en la Iglesia, hasta los divorciados, todos. Pero, ¿adónde hemos ido a parar”. “Es el escándalo de los hipócritas”, advirtió, es la “hipocresía de los ‘justos’, de los puros, de aquellos que se creen salvados por sus propios méritos”. “La Iglesia, a lo largo de su caminar en la historia, ha sido perseguida por los hipócritas. Hipócritas de dentro y de fuera. El diablo no tiene nada que hacer con los pecadores arrepentidos, porque miran a Dios y dicen: Señor, soy pecador. Ayúdame”.
Jesús dijo a la mujer adúltera: "vete y no peques más"
Estas palabras del Papa Francisco suenan más bien a una disculpa por los últimos acontecimientos que han removido los cimientos de la Iglesia: la denuncia de Monseñor Viganó, el reporte del Gran Jurado de Pensilvania y el Informe de Abusos en Alemania; según Francisco no debemos condenar, colocando estas palabras en este contexto eclesial como lo podemos entender. Hay que quedarnos callados, no mirar los delitos y apelar a la misericordia divina (y los delitos siguen ocurriendo). La forma de actuar del Papa Francisco es pedir perdón a las víctimas de sacerdotes pederastas y condena la "absoluta monstruosidad" y el "horrible pecado" de la pederastia (así lo manifestó en el prefacio de un libro en el que su autor, Daniel Pittet, cuenta cómo fue abusado de niño por un religioso a lo largo de cuatro años) y "ahora no debemos condenar".
Un libro del 2017 documenta casos de pederastia en la Iglesia: "El Papa Francisco no hizo casi nada para detener los abusos sexuales"
El periodista italiano Emiliano Fittipaldi lanzó “Lussuria” (Lujuria), donde asegura que en el Vaticano hay un sistema que “cubre y protege” casos de religiosos abusadores. El periodista italiano, absuelto en 2016 por el caso Vatileaks 2 (el escándalo por la filtración de documentos vaticanos), aseguró que ese "sistema" permite la protección de religiosos investigados o condenados por casos de pederastia.
Emiliano Fittipaldi cita entrevistas con sacerdotes y funcionarios judiciales para demostrar un cuadro condenatorio de los tres primeros años del papado de Francisco. El autor afirma que 1.200 denuncias plausibles de acoso de niños y niñas de todo el mundo han sido puestas a consideración del Vaticano en ese período. En algunos de los veinte casos de presuntos abusos sexuales cometidos por sacerdotes en Italia en 2016, escribe Fittipaldi, los sacerdotes han sido condenados por abuso sin que la Iglesia haya tomado ninguna acción canónica contra ellos.
En los últimos dos lustros, contando sólo a condenados e investigados, hay más de 200 sacerdotes italianos denunciados por actos de lujuria con adolescentes, escribe Fittipaldi. A pesar de ello, añade, en Italia "el escándalo nunca ha explotado".
El periodista es el autor del libro Avarizia, que, junto con su colega de profesión Gianluigi Nuzzi, destapó en noviembre de 2015 lo que se conoció como caso Vatileaks 2, un escándalo sobre información clasificada de carácter financiero de la Santa Sede por el que ambos fueron juzgados y absueltos en julio de 2016. Sí fueron condenados, por contra, el sacerdote español del Opus Dei Angel Lucio Vallejo Balda (luego este cura fue indultado por el Papa Francisco y regresó a su diócesis de origen a seguir ejerciendo su ministerio sacerdotal) y su ex colaboradora Francesca Chaouqui por filtrar los documentos publicados.
En esta ocasión, Fittipaldi carga contra "el "sistema" que cubre y protege a "los orcos y a las arcas de la Iglesia" que "también funciona" en Italia. Así, por ejemplo, cita en Calabria (sur de Italia) al religioso Antonello Tropea, que "en marzo de 2015 fue encontrado por la Policía en un coche con un joven de 17 años" que conoció gracias a una "aplicación usada para encuentros entre homosexuales". "Investigado por prostitución de menores, continúa ejerciendo como cura", mientras que el obispo italiano Francesco Milito le aconsejaba "evitar hablar con los carabineros sobre estas cosas".
También en Calabria, en esta ocasión en la diócesis de Locri, Fittipaldi menciona al obispo Francesco Oliva para subrayar que "en 2015 manda a una parroquia de Civitavecchia (centro) a un sacerdote suyo, don Francesco Rutigliano, que la Congregación para la Doctrina de la Fe había suspendido por cuatro años en 2011 'por abuso de menores'" cometidos "entre 2006 y 2008". Fittipaldi también cita al religioso Franco Legrottaglie, "condenado en 2000 por abuso" de dos chicas jóvenes, que "en 2010 fue nombrado por el obispo emérito Rocco Talucci capellán del hospital y cura en una iglesia" de Ostuni, una localidad de Apulia (sur).
Además, denuncia el caso del cardenal australiano George Pell, quien fue nombrado por el Papa Francisco para reformar las finanzas de la Iglesia y ha permanecido en esa posición principal a pesar de las dudas sobre si Pell protegió a los abusadores en serie en su archidiócesis en Australia hace décadas. El cardenal Pell ha negado las acusaciones contra él, pero un abogado que asiste a una comisión real en contra del abuso infantil en Australia ha argumentado que había pruebas de que Pell debería haber tomado medidas más fuertes contra un sacerdote pedófilo cuyo caso ha sido examinado.
El Papa Francisco, que no aceptó la renuncia del cardenal Pell en junio del 2017, cuando el cardenal australiano alcanzó la edad de jubilación, se ha negado a juzgarlo. Cuando los periodistas le preguntaron sobre una investigación separada sobre el cardenal Pell por la Policía estatal de Victoria, el Papa Francisco dijo que "la Justicia tiene que seguir su curso".
En los últimos dos lustros, contando sólo a condenados e investigados, hay más de 200 sacerdotes italianos denunciados por actos de lujuria con adolescentes, escribe Fittipaldi. A pesar de ello, añade, en Italia "el escándalo nunca ha explotado".
El periodista es el autor del libro Avarizia, que, junto con su colega de profesión Gianluigi Nuzzi, destapó en noviembre de 2015 lo que se conoció como caso Vatileaks 2, un escándalo sobre información clasificada de carácter financiero de la Santa Sede por el que ambos fueron juzgados y absueltos en julio de 2016. Sí fueron condenados, por contra, el sacerdote español del Opus Dei Angel Lucio Vallejo Balda (luego este cura fue indultado por el Papa Francisco y regresó a su diócesis de origen a seguir ejerciendo su ministerio sacerdotal) y su ex colaboradora Francesca Chaouqui por filtrar los documentos publicados.
En esta ocasión, Fittipaldi carga contra "el "sistema" que cubre y protege a "los orcos y a las arcas de la Iglesia" que "también funciona" en Italia. Así, por ejemplo, cita en Calabria (sur de Italia) al religioso Antonello Tropea, que "en marzo de 2015 fue encontrado por la Policía en un coche con un joven de 17 años" que conoció gracias a una "aplicación usada para encuentros entre homosexuales". "Investigado por prostitución de menores, continúa ejerciendo como cura", mientras que el obispo italiano Francesco Milito le aconsejaba "evitar hablar con los carabineros sobre estas cosas".
También en Calabria, en esta ocasión en la diócesis de Locri, Fittipaldi menciona al obispo Francesco Oliva para subrayar que "en 2015 manda a una parroquia de Civitavecchia (centro) a un sacerdote suyo, don Francesco Rutigliano, que la Congregación para la Doctrina de la Fe había suspendido por cuatro años en 2011 'por abuso de menores'" cometidos "entre 2006 y 2008". Fittipaldi también cita al religioso Franco Legrottaglie, "condenado en 2000 por abuso" de dos chicas jóvenes, que "en 2010 fue nombrado por el obispo emérito Rocco Talucci capellán del hospital y cura en una iglesia" de Ostuni, una localidad de Apulia (sur).
Además, denuncia el caso del cardenal australiano George Pell, quien fue nombrado por el Papa Francisco para reformar las finanzas de la Iglesia y ha permanecido en esa posición principal a pesar de las dudas sobre si Pell protegió a los abusadores en serie en su archidiócesis en Australia hace décadas. El cardenal Pell ha negado las acusaciones contra él, pero un abogado que asiste a una comisión real en contra del abuso infantil en Australia ha argumentado que había pruebas de que Pell debería haber tomado medidas más fuertes contra un sacerdote pedófilo cuyo caso ha sido examinado.
El Papa Francisco, que no aceptó la renuncia del cardenal Pell en junio del 2017, cuando el cardenal australiano alcanzó la edad de jubilación, se ha negado a juzgarlo. Cuando los periodistas le preguntaron sobre una investigación separada sobre el cardenal Pell por la Policía estatal de Victoria, el Papa Francisco dijo que "la Justicia tiene que seguir su curso".
Fittipaldi escribió "Lussuria" durante su juicio por obtener ilegalmente documentos secretos. Hablando con The Guardian, recordó: "Fue irónico estar allí, durante el juicio. Pensaba que muchos sacerdotes y obispos y cardenales estaban involucrados en abuso sexual y el Vaticano no hacía nada. Prefieren perseguir a periodistas".
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