Primero fue Christian Precht, después, el depredador Fernando Karadima (Chile); ahora, le toca el turno a César Cordero Moscoso, el "Karadima de Ecuador". El Papa Francisco está decidido a expulsar de la Iglesia a todos aquellos que mancillen el cuerpo de un menor. El último caso es la "expulsión del estado clerical de manera permanente y perpetua en el tiempo" del clérigo, acusado de violar a decenas de menores durante décadas; denuncias que nunca fueron atendidas en su momento por las autoridades eclesiásticas a lo largo de todos estos años.
Manifestantes del Caso Cordero en Ecuador
El cura, de 92 años, está siendo investigado por los delitos de violación y abuso sexual presuntamente cometidos hace más de 5 décadas. El 21 de junio de 2018, la Fiscalía acudió al Hospital Universitario Católico para tomar la versión del sacerdote de 92 años. En mayo, el sacerdote difundió un documento eclesiástico en el que decía ser inocente frente de las cinco acusaciones presentadas en su contra, y acusaba al Papa Francisco de "querer congraciarse con los enemigos de la Iglesia".
"Me llama mucho la atención la actitud del Papa Francisco de pedir perdón a las víctimas. Por mi experiencia personal puedo decir que pedir perdón me parece algo muy difícil, propio solo de aquellos más santos. Por eso me llama la atención que el Papa descienda y se abaje de su dignidad de sucesor de Pedro y se ponga a la altura de unos malhechores pidiéndoles perdón", subrayó el ya ex sacerdote. Como paso en el caso del ex-cura Karadima en Chile, quien gozaba de mucha estima y consideración no sólo por la sociedad sino por el mismo clero, así mismo paso con el ex-cura Cordero, tal vez esa sea la explicación por lo cual haya vivido en la impunidad a lo largo de tantos años y sólo recién algunas víctimas puedan hallar justicia (ya que algunos han fallecido).
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