Gobierno federal de E.E.U.U. anuncia investigación sobre abusos dentro de la Iglesia
Los miembros laicos de la fundación se comprometen a donar un millón de dólares en un máximo de diez años, con donaciones mínimas de 100.000 dólares anuales, a un fondo perpetuo destinado a subvenir a las necesidades de la Iglesia. Pero el consejo está compuesto mayoritariamente por obispos americanos, para empezar, todos los cardenales del país. Pese a la oposición de los socios (o "custodios") laicos, los obispos votaron en diciembre de 2017 el envío a la Santa Sede de ocho millones de dólares destinado a una clínica dermatológica romana plagada de acusaciones de delitos financieros. Pero entre los cardenales del consejo que forzaron esa donación, tan insólita por la cantidad como por el destino, había al menos tres ( los cardenales: Dolan, Wuerl y McCarrick) que tenían que saber que este último estaba siendo investigado por el abuso de un menor y que Roma tendría que tratar su caso. Es decir, tenían un evidente conflicto de intereses, algo que prohíben los estatutos de la fundación.
Son cada vez más numerosas las partes interesadas en que se invoque la ley RICO en la investigación, una norma creada para luchar contra la mafia y que puede aplicarse a todo lo que se pueda tipificar de organizaciones criminales. Según juristas expertos en declaraciones a AP, “si la fiscalía puede demostrar que líderes eclesiásticos encubrieron sistemáticamente a sacerdotes que habían abusado de niños en los últimos cinco años”, podría iniciarse una investigación a partir de esta legislación, con consecuencia previsiblemente sísmicas para la Iglesia americana e incluso para la propia Roma. Pero por ahora la investigación federal se centra en los casos de encubrimiento de abusos clericales en las diócesis de Pensilvania, donde ya se ha llevado a cabo una investigación con gran jurado que culminó en un demoledor informe. Sin embargo, se ignora si el Gobierno piensa ampliar en el futuro la investigación a otros estados.
El cardenal Dolan, en la cuerda floja tras intentar utilizar a los abusos contra los "hombres del Papa"
El arzobispo de New York, más aislado que nunca tras los elogios papales al cardenal Wuerl; quiso quitar de en medio y de una tacada a los cardenales Wuerl, Cupich, Tobin y Farrell (los "hombres de Francisco") para convertirse en rey indiscutible de la Iglesia estadounidense. Por eso filtró las primeras noticias de las acusaciones "creíbles" de abusos contra el ahora ex-cardenal McCarrick, el "padrino" del ala progresista de la Iglesia de ese país.
Cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York
Pero la jugada ha vuelto en contra del cardenal arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, quien (tras los elogios que el Papa Francisco dedicó al cardenal Wuerl tras aceptar la renuncia) ha acabado más aislado que nunca, y dicen que hasta irrelevante ya en círculos eclesiales. La maniobra parecía perfecta. Publicar que la archidiócesis de Nueva York había encontrado sustancia en las denuncias contra el ex-cardenal McCarrick (predecesor del cardenal Wuerl en Washington) al mismo tiempo que el cardenal Wuerl, el también ex-obispo de Pittsburgh, estaría bajo asedio por el informe del Gran Jurado de Pensilvania. El cardenal Wuerl no podría aguantar tal avalancha de titulares adversos, pensaba el cardenal Dolan, como tampoco podrían hacerlo los cardenales Cupich, Tobin y Farrell, los hombres que McCarrick promovió dentro de la Iglesia estadounidense. El cardenal Dolan estaba convencido que podría utilizar el espectro de los abusos para desacreditar a los prelados más importantes que no han dudado a la hora de poner en marcha la "primavera franciscana". No como él, que aunque lo intenta esconder bajo sus formas joviales y hasta campechanas, no está de acuerdo con la dirección en la que Bergoglio está conduciendo a la Iglesia. Hasta el punto en el que Dolan firmó la famosa 'carta de los trece cardenales' en contra del Sínodo sobre la Familia en 2015.
Pero al cardenal Dolan le ha salido el tiro por la culata. EL cardenal Wuerl se jubila de Washington (tres años después de que ofreciera su renuncia por primera vez, al cumplir los 75 años) pero seguirá como administrador apostólico de la archidiócesis. Oportunidad plena para asegurarse de que haya un sucesor suficientemente "francisquita". Nombramiento que el cardenal Wuerl también podrá conseguir siendo miembro de la Congregación para los Obispos en Roma. Y quizás incluso con un nuevo encargo del Papa Francisco, ya que el pontífice se ha dicho "orgulloso" del "corazón" de este "pastor".
¿Qué pasa ahora con el cardenal Dolan, entonces? Fuentes apuntan a que no solo se enfrenta a un "motín" de sus curas debido a su oposición a que víctimas de abusos puedan denunciar abusos ya prescritos por medio de una "ventana retroactiva" legal, sino que también tiene miedo a qué puede descubrir la ex-juez que ha encargado revisar los archivos de curas pederastas de su diócesis. Con lo que el arzobispo de Nueva York puede encontrarse con que el Papa acabe decidiendo prescindir de él y no de Wuerl, Cupich, Tobin y Farrell, como este rebelde esperaba.
El cardenal Cupich aboga por que los obispos ceden su autoridad para que laicos les investiguen
Por su parte, el cardenal Cupich se ha referido a la dimisión del cardenal Wuerl, y ha declarado que "no me sorprendió que decidiera que fue importante para él apartarse por el bien de la Iglesia, porque siempre ha puesto el bien de la Iglesia por delante de todo lo demás, hasta el punto de decir me equivoqué". En una entrevista con el National Catholic Reporter, el arzobispo de Chicago (en Roma estos días como nombramiento papal al Sínodo de los Jóvenes) ha elogiado al ya administrador de Washington como "un hombre honesto" lleno de "amor por la Iglesia" y quien ha hecho contribuciones "enormes" al catolicismo en los EEUU.
Cardenal Cupich, arzobispo de Chicago
Al mismo tiempo, el cardenal Cupich ha pedido al episcopado del país (ante su reunión anual a mediados de noviembre) que se prepare para "erradicar" el "privilegio, poder y protección" que traen consigo la "cultura clerical" a la que se ha acostumbrado. Hasta el punto en el que los obispos han de aceptar que la rendición de cuentas por la que claman los fieles requerirá que investigadores independientes los pueden acabar investigando. "Los obispos tienen que decir, como grupo, cedemos nuestros derechos como obispos para que alguien venga y nos investigue", ha declarado el arzobispo de Chicago. "Cada obispo tiene que estar dispuesto a decir, dejaré que me investigue un grupo independiente si hay alguna acusación de mala conducta".
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