El cardenal jesuita Luis Ladaria
El prelado español había aconsejado al arzobispo de Lyon tomar "las medidas disciplinarias adecuadas pero evitando el escándalo público", en una carta incautada por los investigadores. Es decir, de "no acudir a la justicia", según los abogados de los demandantes. Las autoridades francesas habían transmitido recientemente al Vaticano la citación del cardenal español para comparecer.
Deseo de colaboración o simple encubrimiento
Otra incoherencia: Cardenal Errázuriz no interrogó a Karadima "por respeto" y cerró la investigación sin sancionarle
El abogado de algunas víctimas de abuso sexual reveló el jueves pasado una carta que muestra cómo en 2009 el entonces arzobispo de Santiago, cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, declinó interrogar al ahora ex-sacerdote Fernando Karadima sobre las acusaciones en su contra. ¿Su argumento? "Por respeto", y cerró la investigación.
Cardenal Errázuriz, acusado de encubrimiento
La carta está firmada por el cardenal Francisco Javier Errázuriz, quien en 2009 era el arzobispo de Santiago, y era dirigida al Nuncio Apostólico de la época, monseñor Giuseppe Pinto. "Por respeto a Karadima no le pedí al promotor que lo interrogara y sólo le pedí a Andrés Arteaga, obispo auxiliar de Santiago, su parecer", señala la misiva.
El abogado de las víctimas no dijo cómo consiguió la carta y en el área de prensa del Arzobispado de Santiago dijeron a The Associated Press que no se pronunciarían por el momento sobre la carta. Francisco Errázuriz, cardenal emérito, fue reemplazado en el arzobispado de Chile en 2011 por el cardenal Ricardo Ezzati, quien actualmente es investigado por encubrimiento.
Arteaga, el obispo auxiliar mencionado en la carta de Errázuriz, es uno de los cinco obispos formados por Karadima. "Él consideró que todo era absolutamente inverosímil. Como se trata de hechos prescritos cerré la investigación", añade la carta de Errázuriz, en referencia a Arteaga.
Ahora, la Corte de Apelaciones debe evaluar las nuevas pruebas de la defensa y determinar si procede revertir el fallo de marzo de 2017 del juez Juan Manuel Muñoz, quien determinó que no había pruebas de que el arzobispado encubrió los abusos. Los denunciantes, Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo, demandaron civilmente en 2011 al arzobispado de Santiago por encubrir los delitos del cura.
Ese mismo año Fernando Karadima fue castigado por El Vaticano a una vida de penitencia y oración, que cumplía en un cómodo hogar para ancianos, hasta que el Papa Francisco lo expulsó del sacerdocio a fines de septiembre pasado. Este año, el Papa Francisco afirmó que la Iglesia Católica chilena ha vivido por décadas en una "cultura de abuso y encubrimiento", y pidió la renuncia a todos los obispos locales, a quienes los acusó de alejarse de los feligreses, desoír a las víctimas de los abusos sexuales y destruir documentos incriminatorios. El Papa Francisco invitó a las víctimas públicas del cura, Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo, a El Vaticano, los alojó en el mismo hotel donde vive él y les pidió perdón por el sufrimiento que soportaron.
Los demandantes afirman que el arzobispado desarrolló varias acciones para tapar los delitos sexuales de Fernando Karadima. El arzobispo de la época, del cardenal Errázuriz, admitió en un juicio criminal que demoró años en atender las denuncias porque no creyó las afirmaciones de las víctimas. Según la Fiscalía Nacional, hasta comienzos de agosto hay 119 investigaciones vigentes contra 167 acusados, la mayoría pertenecientes a la Iglesia Católica, y 178 víctimas de abusos sexuales, de ellos 79 menores de edad. Entre los imputados hay siete obispos.
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