El arzobispo de Malta, Monseñor Charles Scicluna, considerado uno de los mayores expertos vaticanos en la lucha contra la pederastía y enviado papal a investigar varios casos de abusos como fue el caso de Chile y otros países o congregaciones religiosas,
aseguró hoy que la condena a los abusos sexuales tenga un buen lugar en el documento final del Sínodo de obispos que se desarrolla hasta el 28 de octubre sobre "Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional". Monseñor Scicluna, encargado de la investigación en la Iglesia chilena que terminó con la renuncia en masa del obispado del país latinoamericano, resaltó el lunes pasado como
"un momento muy importante el mea culpa expresado por el arzobispo Fischer", en referencia al pedido de perdón por los ataques sexuales de que lanzó la semana pasada el arzobispo de Sydney Anthony Colin Fisher.
Mons. Scicluna (centro) en la rueda de prensa durante el sínodo de los Jóvenes
"Todos los grupos de trabajo del Sínodo tienen algo sobe el tema de los abusos, y tenemos que encontrar más espacio en el Documento Final que exprese esto", y comentó
"la cuestión de los abusos ha estado presente ya desde la Instrumentum Laboris en el punto 66. Hay víctimas que son jóvenes, y se debe hablar también de sus heridas", expresó en un diálogo con la prensa en la sala stampa vaticana el lunes pasado en la rueda de prensa. En esa línea, si bien recordó que el Sínodo no se centra en los abusos como sí hará el congreso extraordinario convocado por el Papa Francisco para febrero próximo, aseveró que
"es más que trágico... es tremendamente trágico que los que se tenían que ocupar de curarlos les hayan provocado esas heridas a los jóvenes que fueron víctimas del abuso". "Tenemos que rendir cuentas no solo frente a Dios sino ante nuestra gente", enfatizó Monseñor Scicluna, retomando la necesidad de "accountability" planteada por el Vaticano como una de las respuestas a los obispos y sacerdotes abusadores. Consultado sobre cuáles son las respuestas que ha escuchado en los testimonios que recogió en los últimos tiempos en los países en los que entrevistó a víctimas, el arzobispo maltés aseguró que
"el silencio y el llanto son la primera respuesta, y luego una gran sed y hambre de justicia".
"Prefiero llorar con ellos", aseveró Monseñor Scicluna.El arzobispo Scicluna destacó en ese contexto la presencia de 30 padres sinodales, y aseveró que la sed de justicia no es incompatible con la misericordia. Porque la misericordia vacía, que no respeta la verdad, no sirve. Junto a Mons. Scicluna, uno de los participantes como auditores, el periodista Thomas Leoncini, aseveró que en el Sínodo la Iglesia
"está buscando respuestas radicales, no se limita a la toma de conciencia. Y es algo que se ve en el Aula y en los círculos".
Las palabras de Mons. Scicluna tendrá eco en el Sínodo de los Jóvenes
"Todo esto gracias a quien es el más grande líder, el Papa Francisco, que entendió la gravedad de la situación de los jóvenes. Y se habla de jóvenes no solo católicos, se habla tanto de los ateos, de los que perdieron la esperanza, de los que necesitan una respuesta", precisó el periodista italiano. Antes, el presidente de la comisión de información sinodal y prefecto del dicasterio para la comunicación, Paolo Ruffini, había calificado como "muy bello" el clima entre los padres sinodales, y adelantó que en la sesión del martes por la tarde iniciará la discusión de la segunda de las tres partes del documento de trabajo.
El obispo auxiliar de Lyon abre la puerta del Sínodo a los LGBT: "¿Quién soy yo para excluirlos?"
Durante la realización del Sínodo de los Jóvenes el obispo auxiliar a manifestado la posibilidad de este tipo de reuniones para abordar esta temática dentro de la Iglesia. Pese a los intentos de los ultraconservadores, la realidad de los católicos LGBT sí se está haciendo presente en el Sínodo de los Jóvenes. Gracias a la honestidad de delegados como el obispo auxiliar de Lyon (Francia), Emmanuel Gobilliard, quien insiste desde Roma en que "todos" sin excepción "deben estar llamados a entrar en una relación" con Dios. "¿Quién soy yo para excluir a alguien de una relación con Jesús?", ha preguntado el prelado galo.
Mons. Emmanuel Gobilliard (centro) presente en la rueda de prensa del lunes pasado
El obispo auxiliar de Lyon hablaba de esta forma con el colectivo católico LGBT
New Ways Ministry al margen de la rueda de prensa en la que participó sobre los trabajos del Sínodo. Preguntado por lo que la Iglesia puede hacer para reconstruir la confianza con los jóvenes LGBT y sus familiares y amigos (ofendidos tantas veces por la falta de sensibilidad para con ellos de clérigos y fieles) Gobilliard respondió:
"Estamos tratando con un grupo que ya no nos escucha. Estamos entrando en un nuevo modelo pastoral que es el modelo de la relación interpersonal con la gente. Yo también soy parte de aquella gente que necesita ser salvada por Jesús. Soy un pobre como los demás... Tenemos que entrar en la lógica del encuentro pastoral con todos y cada uno que está llamado a la felicidad, y todos estamos llamados a la santidad. Cada grupo está llamado a la vida con Jesús, porque la santidad ayuda a los derechos humanos. Viene de Dios mismo". Este tipo de actitudes no es nuevo dentro de las autoridades de la Iglesia, ya en el último Encuentro Mundial de las Familias (realizado en Irlanda donde el Papa Francisco tuvo una fría acogida debido a los casos de abusos denunciados) el dialogo con la comunidad LGBT estuvo muy presente, tanto así que tuvo un stand en el encuentro.
Mons. Emmanuel Gobilliard, obispo auxiliar de Lyon
El obispo Gobilliard también habló con New Ways Ministry sobre la "identidad" LGBT, una realidad que los elementos más retrogradas de la Iglesia siguen empeñados en negar.
Elementos como el arzobispo de Filadelfia, Charles Chaput, quien en una intervención en el Sínodo proclamó que "no existe un LGBTQ, un 'transgénero' o un 'heterosexual' católico, como si nuestros apetitos sexuales definieran quiénes somos". "Yo me encuentro con niños y jóvenes que tienen esta o aquella identidad", señaló Gobilliard. "Yo también tengo identidades múltiples. Soy músico, artista, un obispo francés. Soy varón pero como persona soy atravesado por estas identidades múltiples. Soy un ser complejo y se me tiene que acoger como soy sin reducirme a sólo una de estas identidades... Todos somos parte de esta gente que el Señor quiere salvar". Preguntado también por si la Iglesia debe incorporar a su doctrina sobre la homosexualidad las conclusiones de la psicología moderna (de forma parecida a la que la encíclica de Francisco Laudato Si incorporó las conclusiones de la ciencia del clima) Monseñor Gobilliard respondió "¡Por supuesto!".
No es la primera vez que monseñor Gobilliard se pronuncia sobre estos temas de la afectividad humana incluso en el poco tiempo que llevamos de Sínodo hasta aquí. El primer día, utilizó su intervención para animar a los demás delegados:
"¡No tengamos miedo de la sexualidad!". "Al empezarse este Sínodo", dijo el prelado,
"es esencial que recordemos lo importante que es poder hablar libremente de la sexualidad, que nuestros jóvenes y seminaristas estén formados para que puedan formar...". "Demasiado a menudo, los jóvenes descubren la sexualidad a través del prisma de la pornografía o el silencio avergonzado de generaciones previas", lamentó monseñor Gobilliard, antes de que recalcar que
"la sexualidad ya no es un tabú en la Iglesia, pero aún es difícil hablar de ello en términos fáciles".
La honestidad de monseñor Gobilliard no es la única señal de que el Sínodo puede marcar una apertura importante hacia la gente LGBT. Al estilo, quizás, de lo que propone el jesuita James Martin en su libro
Tender un puente. Pese a los intentos de delegados sinodales como Chaput, la realidad de la gente LGBT sí está presente en el Instrumentum laboris del Sínodo(197), que reconoce que "algunos jóvenes LGBT... desean beneficiarse de una mayor cercanía y experimentar un mayor cuidado por parte de la Iglesia". Y
el Círculo "B" de los delegados de habla inglesa, por ejemplo, ha sido fiel a este mandato, al recordar este martes que "hay muchas otras formas de familia más allá de la familia nuclear y la familia extendida", preguntándose a la vez: "El liderazgo en la Iglesia, ¿requiere a los obispos y sacerdotes que proclamen la verdad del Evangelio negando que éstas son familias?".
El Sínodo se mantendrá firme en la recta doctrina de la fe????
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