A lo largo de este año la Iglesia católica se ha visto sumergida varios escándalos que han remecido sus cimientos: los escándalos en Chile y la visita del Papa Francisco a este país, Informe de Pensilvania en los Estados Unidos, Irlanda, Australia, entre otros. Pero hay también otros casos han pasado desapercibidos para la mayoría de los católicos pero que siguen enlodando a la Iglesia y la administración del Papa Francisco.
El cura católico Andrea Contin tenía vídeos caseros de numerosos actos sexuales y usaba páginas de citas para concretar. Este sacerdote italiano de 48 años fue acusado por una mujer de organizar y grabar fiestas sexuales con numerosas amantes, a quien también habría prostituido ante otros hombres, por lo que quedó acusado de vivir con medios inmorales y causar daño psicológico a las víctimas.
"Teníamos relaciones sexuales en la parroquia a toda hora. Mañana, tarde y noche. Siempre había un montón de mujeres dando vueltas", reveló a fines de diciembre del año pasado la mujer en su acusación, bajo anonimato, según publicó el periódico local Il Mattino di Padova.
La policía encontró entre las pertenencias del cura Andrea Contin, párroco de la iglesia San Lázaro en Padua, numerosas grabaciones (guardadas en cajas de supuestos vídeos religiosos) y juguetes sexuales que probarían el caso. Si bien las primeras investigaciones se remontan a varios meses atrás, la Iglesia inició una pesquisa interna, evitando que el caso salga a la luz. Además, la Policía no intervino al no ser un delito llevar una vida sexual activa. Sin embargo, las acusaciones de proxenetismo por las declaraciones de hasta tres mujeres cerraron el círculo sobre el cura Contin, y se está tratando de determinar si el cura recibió pagos por los encuentros.
Cura Andrea Contin, publicación de la presa Italiana
La diócesis de Melbourne (Australia) abandonó la defensa legal del cardenal George Pell
La Iglesia australiana se apartó definitivamente a la era del cardenal Pell. Eso es lo que desprende de comentarios ofrecidos por el nuevo arzobispo de Melbourne, monseñor Peter Comensoli, quien ha confirmado que desmantelará el controvertido programa de indemnizaciones a víctimas de abusos clericales establecido por el cardenal Pell, quien llegara a desempeñarse como Secretario de Economía de la Santa Sede, ahora sentado en el banquillo de los acusados por supuestas agresiones sexuales a menores.
Cardenal George Pell, hoy en el banco de los acusados por abusos
Una de las diferencias claves entre los dos programas es que mientras "Hacía la Sanación" nunca limitó la cantidad de dinero que podía recibir una víctima de abusos, sí lo hizo la "Respuesta de Melbourne", el protocolo que el cardenal Pell se empeñó en implementar él solo (muy cuestionado por la forma que trato a la víctimas). Una estrategia que, según informaron medios Fairfax a finales de 2015, podría haber ahorrado la Iglesia de Melbourne hasta 62 millones de dólares australianos (38 millones de euros).
Pero aunque monseñor Comensoli ha confirmado así que habrá un nuevo programa de indemnizaciones (y eso se espera a nivel nacional) no es el único cambio importante que habrá en cuanto a la búsqueda de justicia para las víctimas de abusos en la archidiócesis de Melbourne. El flamante arzobispo (quien solo tomó posesión en julio) también ha confirmado que la archidiócesis abandonará la defensa legal empleada tanto por el cardenal Pell como su sucesor (y predecesor de Comensoli), Denis Hart, que garantizaba que no se le podía demandar a la Iglesia porque no existía como una entidad legal.
La Iglesia portuguesa aparta a un sacerdote por sospechas de abuso sexual a un menor
La Diócesis de Funchal, en el archipiélago portugués de Madeira, apartó de la acción pastoral a un sacerdote por sospechas de abuso sexual a un menor, según el Diario de Noticias de Madeira. El padre Anastácio Alves fue investigado por el abuso a un menor en Madeira en un caso denunciado en 2005 y archivado entonces por el Ministerio Público.
Cura Anastácio Alves, acusado de abuso a un menor
Los obispos portugueses han cerrado filas para defender al Papa Francisco y, en medio de la polémica, se han sumado a la postura de la Iglesia australiana en la línea de no denunciar a las autoridades los abusos a menores reportados bajo el secreto de confesión por considerar que hacerlo sería "contrario a la fe". El portavoz de la Conferencia Episcopal Portuguesa, Manuel Barbosa, sostuvo, en declaraciones al diario Público, que "el secreto de confesión no es negociable".
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