¿Está Emmanuela Orlandi en el Vaticano?

¿Dónde está Emmanuela Orlandi? Esta es la pregunta que se hacen, desde 1983, los familiares de la joven, hija de un empleado del Vaticano, desaparecida cuando contaba 15 años y cuyo destino es uno de los grandes misterios contemporáneos que esconden los muros vaticanos. Un misterio que podría resolverse si el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, da su permiso para abrir una de las tumbas sitas en el cementerio teutónico, ubicado en el interior de los Estados Vaticanos, y donde la familia cree que podría estar el cadáver de Orlandi.

Alessandro Gisotti confirma la petición de la familia
El portavoz interino del Vaticano, Alessandro Gisotti, confirmó la carta de la familia enviada al cardenal Parolin y explicó que se estudiarán las solicitudes de la familia. La abogada de los Orlandi, Laura Sgrò, explicaba al diario "Corriere della Sera" que el pasado verano recibieron una carta anónima con la imagen de una tumba y la frase: "Busque dónde indica el ángel".

La tumba se encuentra en el cementerio teutónico, donde una vez estuvo el llamado Circo de Nerón, lugar de martirio de muchos de los primeros cristianos y posteriormente pasó a ser propiedad de una fundación alemana

Cementerio Teutónico lugar donde podrían encontrarse los restos de Emmanuela

En dicho cementerio, apoyada en una de las paredes, se encuentra una estatua de un ángel que sostiene una sábana con el texto latino "Requiescat in pace" (Descanse en paz), mientras que en la lápida hay una inscripción fúnebre dedicada a la princesa Sofía y al príncipe Gustavo von Hohenlohe, quien en 1857 fue nombrado arzobispo por el Papa Pío IX.

La tumba de la mafia
Es la única tumba donde de vez en cuando aparecen algunas flores o un cirio encendido, afirmó la abogada. La familia sigue abogando por que Emmanuela fue secuestrada y asesinada por la Banda de la Magliana, la mafia que operó en Roma entre los años 70 y 80.

La novia de quien fuera "capo" de la mafia, Enrico De Pedis, confesó que Orlandi fue secuestrada por indicación del arzobispo estadounidense Paul Marcinkus, entonces director del Instituto para las Obras Religiosas (el IOR, más conocido como el Banco Vaticano) "para dar un escarmiento a alguien".