Doris Reisinger, ex-religiosa víctima de abuso sexual
Rocío Figueroa, víctima de abuso en el Sodalicio de Vida Cristiana
Sin embargo, cree que a partir de este momento "muchas más religiosas que han sufrido abusos sexuales se den cuenta de que no están solas y se atreven a hablar", y confía en que, después de reconocer el problema, "el Papa también tome las medidas apropiadas" para un escándalo de proporciones brutales. "Ha habido casos en los que los sacerdotes dejaron embarazadas a las monjas y luego las obligaron a abortar", denuncia Doris, que aporta datos de un informe, que apunta que "el 40% de las religiosas han sufrido abuso sexual, el 10% antes de unirse a la vida religiosa y el 30% después".
Doris empezó a sufrir abusos, primero espirituales, y desde 2008 sexuales. "Mi superior entró en mi habitación y me desnudó. y, a pesar de que le dije que no tenía permiso para hacer esto, me tocó y finalmente me penetró. Esta experiencia me destruyó completamente". Doris tardó dos años en denunciarlo, "y mis superiores decidieron no actuar". En 2011 abandonó la congregación.
Como activista por los derechos de la mujer en la Iglesia, Wagner defiende que las mujeres "deben ser reconocidas como iguales a los hombres". Especialmente en la vida religiosa: "mientras las monjas se vean obligadas a vivir de acuerdo con un ideal de perfecta abnegación y sumisión, y estén viviendo en completa dependencia espiritual y financiera, su vulnerabilidad debe ser reconocida", concluye.
El abuso sexual contra religiosas un realidad nunca abordada por la Iglesia
Sobre las religiosas, lamenta que "siguen siendo consideradas por el clero como ciudadanas de segunda-clase. Y no sólo eso, han sido explotadas y usadas para perpetuar el clericalismo". "¿Cómo puede ser que en el siglo XXI tengamos congregaciones dedicadas a ser sirvientas de los sacerdotes? Las religiosas deben tener un rol fundamental en la renovación eclesial, ser líderes y participar de la toma de decisiones. Tienen que alzar su voz, como muchas lo están haciendo ya, contra un clericalismo que está aniquilando la belleza de nuestras comunidades eclesiales", denuncia.
"Las mujeres católicas estamos cansadas. ¡Basta ya de una Iglesia patriarcal, basta ya de una Iglesia que parece un club exclusivo de hombres donde las mujeres no cuentan", señala Rocío, que ve al Papa Francisco como "una oportunidad", un hombre que quiere "escuchar no sólo la voz de mujeres sino la voz de víctimas, que para mí son una voz profética para el futuro de la Iglesia".
Cuantas víctimas son silenciadas dentro de la Iglesia
"Rogamos que aquellas personas que saben de estos abusos y violaciones los denuncien y acompañen a las víctimas para que no vivan su sufrimiento en soledad", apuntan las teólogas, que animan "al Papa Francisco a que acoja esta terrible realidad como una cuestión prioritaria que atender y combatir, ya que es de justicia atender con misericordia a la que no se puede defender".
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