“Cuando salí de allí me enfadé tanto que miré asociaciones de violencia contra la mujer, contacté con una y finalmente denuncié en 2016”, explica la víctima. El clérigo E. S. F., según cuenta, fue a la citación con un abogado de la diócesis y lo negó todo. “La Audiencia Provincial de Asturias, sección 8, rechazó la denuncia porque, según el juez, el delito había prescrito, y estamos reclamando”, explica. Su abogada dice que están recopilando pruebas de que ese caso ya se denunció en su día y que están a la espera.
No es la primera vez que el párroco es acusado por estos delitos. Cuando sucedieron los abusos, la víctima vivía con su madre divorciada y con el sacerdote en una comunidad cristiana que él lideraba. Algunos familiares descubrieron los abusos y los denunciaron, pero los hechos no pudieron ser probados. “Todo fue en un contexto cerrado, en una comunidad cristiana aprobada por el obispado. Recuerdo que a veces venía a vernos el obispo”, relata la joven.
La Archidiócesis de Oviedo ha confirmado que este caso se archivó en 1997 y que, tras la nueva denuncia, los delitos han prescrito. No ha comentado nada sobre si se realizó en su día, o recientemente, un proceso eclesiástico. En 2012, el actual arzobispo de Oviedo decidió, sin dar explicaciones, retirar de la parroquia donde se encontraba al sacerdote. Los vecinos salieron a la calle con pancartas para protestar contra la decisión de la diócesis. En 2018, el obispado anunció su traslado a la unidad pastoral de Pola de Siero, a unos 35 kilómetros de Villaviciosa.
Cuando V. C. comenzó a estudiar Biología, los recuerdos se volvieron más intensos. “Tuve una depresión y empecé a ir a una psicóloga. Le conté todo y mejoré, pero años después volví a recaer cuando me fui al extranjero. Volví a ver a una psicóloga y me animó a que hiciera algo”, cuenta. Fue entonces cuando escribió al arzobispo. “Con 14 años ya tenía crisis de ansiedad. Mientras mis primos jugaban, yo pensaba en todo lo que estaba pasando. Me robaron la niñez. ¿Cómo puedo inventarme eso?”.
Una iglesia sorda a las denuncias
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