Padre Masiá Clavel participa del Orgullo Gay de Japón
Como no podría ser de otro modo, el padre Masiá lo tiene todo en pensamiento teológico a la última: se ha pronunciado a favor de la eutanasia y del aborto (caso por caso, discerniendo) y ha puesto en duda la virginidad de María y la abstinencia carnal de San José.
El padre Masiá vive en Japón desde hace ya tiempo, y desde donde ha reaccionado a los elogios recientemente vertidos por Benedicto XVI hacia la encíclica Veritatis Splendor, de su predecesor, asegurando que el texto de San Juan Pablo II es “un freno a la renovación posconciliar”. Y es muy evidente que al padre Masiá no le gustan los frenos: fue uno de los 18 firmantes de un llamado a los participantes en el Sínodo de la Familia de 2015 en el que se pedía a los padres sinodales cambios en profundidad en relación a la homosexualidad, el aborto, el celibato sacerdotal, la ordenación femenina y -algo que consiguió- la comunión a los divorciados vueltos a casar que viven more uxorio.
Padre Masiá Clavel bendiciendo a una pareja homosexual
Si buscaba el récord, lo ha logrado: es el primer sacerdote católico en Japón que bendice públicamente a una pareja homosexual, de dos mujeres, en el caso que nos ocupa. Todo esto, en pleno desfile, al que asistió con una camiseta con la imagen de un Cristo del que salían rayos multicolores que formaban la bandera LGTB, muy similar a la imagen del Señor de la Divina Misericordia.
El padre Masiá sabe el terreno que pisa. Sabe que puede hacer todo eso sin miedo; otra cosa es que defendiera la recepción de la Eucaristía de rodillas, la integridad de la doctrina moral católica o, en fin, cualquier otra acción que pudiera presentarle como un semipelagiano apegado a las normas con cara de pepinillo en vinagre.
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