Teólogo benedictino Giulio Meiattini
Sus autores ni siquiera “se preocupan por dar alguna plausibilidad teológica o bíblica a lo que dicen”, señala, al tiempo que se muestra en completa sintonía con las palabras de Brandmüller, aunque matiza que hay en el documento más de apostasía incluso que de herejía.
Desde luego, insiste el padre Meiattini, “no es un documento cristiano". Dejemos clara una cosa: insertar algunas citas bíblicas en el epígrafe introductorio de algunos párrafos o usar palabras como “Iglesia”, “conversión” y “pastoral” no bastan para garantizar el carácter evangélico de un texto”.
El Instrumentum Laboris es el texto preparatorio que desarrolla la base de lo que se tratará en un sínodo, y normalmente acaba coincidiendo en lo fundamental con el documento con las conclusiones del mismo. Pero en este caso tal resultado sería desastroso si atendemos a las palabras de Meiattini, porque, por un lado, Su Santidad emitió en las fases finales del Sínodo de la Juventud un documento en el que calificaba de magisterial la doctrina emanada de los sínodos, una vez otorgada la sanción papal, y, por otro, que el actual Instrumentum representa “un abandono de la fe bíblica a cambio de algo diferente, con el cristianismo como una etiqueta falsificada. Un poco como esos productos que llevan la marca de la Unión Europea pero que realmente se han fabricado en China.
Un Sínodo que busca un “cristianismo biodegradable”
La fascinación del documento con el “mundo de los primitivos”, es decir, con “la infancia de la humanidad”, incide el teólogo, delata una regresión infantil.
El monje intuye en el documento un paso más en una tendencia ideológica corriente en el mundo y que se insinúa cada vez más en la Iglesia. “Tras los intentos de los hijos de las flores, lo que ahora se propone es un modelo cultural más ecológicamente sostenible y tan poco neurótico como sea posible: la vida vuelta a sus orígenes, al arco y las flechas, a los rituales shamánicos de curación”.
“Si queda algo cristiano en este Instrumentum Laboris -concluye Meiattini-, es decir, algunas palabras y expresiones aquí y allá, tampoco hay que preocuparse: es indudablemente biodegradable”.
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